La cueva de Neptuno

23 julio 2018Curiosidades marítimas

La cueva de Neptuno, en Capo Caccia, es, quizás, una de las más famosas de Cerdeña: descubierta en el siglo XVIII, por los pescadores locales, se compone de numerosos ambientes que comunican entre ellos, descritos por escritores y poetas como lugares de cuentos de hadas.

Hoy en día la Gruta de Neptuno, con sus 4 kilómetros de largo, está abierta para poderla visitar. Para poder entrar en las otras grutas cercanas hay que solicitar previamente una autorización en la administración local, ya que en muchas de ellas hay pinturas rupestres de la época neolítica, sobre todo en la Gruta Verde y la Gruta de la Dragunara.

Las rocas de esta gruta se formaron hace dos millones de años. Está formadas por piedra caliza blanca y ocre rojo. El mar fue poco a poco entrando en la gruta, formando un cauce de agua subterránea, del que destacamos el lago de la Marmora, de 130 metros. En las paredes interiores hay estalactitas, algunas de ellas de hasta 20 metros de longitud, estalagmitas y otras formaciones rocosas.

Desde el puerto de Alghero, gracias al servicio de unos barcos turísticos, se puede ir a la cueva de Neptuno. Se puede también alcanzar desde la cumbre del promontorio, a 120 metros, gracias a 654 escalones de piedra de la “escala del Cabirol” (escala del corzo), excavada en la roca y abierta en 1954. Estalagmitas y estalactitas se han formado a lo largo de los siglos. También se puede fondear en Cala del Bollo e ir andando hasta los acantilados donde están las escaleras que bajan a la gruta.

En un precioso juego de luces destacan los contrastes cromáticos en el interior de esta joya natural de cal, larga unos 1500 metros, donde hay un pequeño lago que recuerda uno de los lugares descritos por Dante Alighieri en la “Divina Commedia”. A lo largo de la Riviera del Corallo se pueden alcanzar vía mar otras cuevas menores, como la cueva Verde (enlazada a la de Neptuno) y la cueva de los «Ricami» (tramas), todas de origen cárstica.