Como nacio esta escuela
«Carlos, ya tienes el dinero. Gástalo con cabeza x favor. Ha costado mucho esfuerzo reunirlo (toda mi vida). Un abrazo. Isra.»
Con ese SMS se selló, el 5-5-2010, a las 9:07 hora Movistar, la compra de mi barco: el Fermar.
Una obsesión que creo que tenía en la cabeza desde que me vistieron de marinero en la primera comunión. El puto Fermar. Nunca me lo había imaginado así, pero ahí estaba.
Como a todo el mundo, al barco le han ocurrido cosas.
Una vez se topó con un carguero. Un barco de más de 200 metros de eslora navegando a 20 nudos, en la noche, con 1 Km de agua bajo la quilla.
Por algún motivo, el Fermar estrelló su amura contra el través de aquel carguero. Del nefasto encuentro, salió con la amura de estribor raspada y la rotura de una cruceta. Y un buen susto. Como Don Quijote en los molinos, costilla rota y arreando.
Así que, por este y otro motivo mucho más importante, decidí cambiar el nombre al barco. Le he llamado «usted primero», así, en minúsculas…
Es un Beneteau Oceanis 411. Mide 12,6 metros y pesará unas 8 toneladas, como los bebés de ballena (son ballenas con alas).
El peor temporal que he vivido navegando hasta la fecha ha sido a bordo de este barco. Lo he contado muchas veces, así que me limitaré a decir que estuve rezando literalmente el padre nuestro y yo no creo en estas cosas.
Fue hace 4 o 5 inviernos, en el Mar de Alborán, con un temporal de poniente que no quiero ni recordar. La peor noche de mi vida (te acuerdas Carlitos?).
El aspecto del Fermar era desastroso: todo tirado por el suelo, todo roto, entrando agua por las lumbreras, las olas sobre la primera cruceta, los pantocazos con mar cruzada… eso es miedo.
Carlos y yo estábamos haciendo Denia-Cádiz para comer «morrillo de atún», jaja. Qué gilipollas!! Llevábamos hasta las bicis…
Nos mirábamos a la cara en cada pantocazo y no decíamos nada. Llevábamos un par de palmos de mayor y un par de palmos de génova y hacíamos 7 u 8 nudos con el motor a 1.200 vueltas.
Aquel día hice la trasluchada de mi vida. Pero bueno, no nos pongamos melancólicos, que esto es harina de otro costal.
El caso es que al final el barco está en mis manos. En nuestras manos. Y es el Barco Escuela más deseado de todo el Mediterráneo.
Este barquito, el «usted primero», es todo lo que tengo. Por favor, trátelo bien.
"Bendito sea el viento..."
DOMINA EL MAR
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